Hay tantas versiones y opiniones sobre si será bueno o malo que los niños asistan a la escuela que es difícil saber ¿cuál es la mejor decisión?
Desde el inicio de la PANDEMIA, en Tiempo de Niños destacamos que cerrar las aulas también era cerrar las puertas de la socialización y derechos fundamentales de los niños como: el juego, una vida sin violencia, el desarrollo social y físico de los niños, con lo que se estancaría el desarrollo de habilidades indispensables para la vida adulta.
La educación también es otro derecho que se vulneró, porque se debilitó la capacidad de instruir a los alumnos que no contaban con servicio de internet, o no hacían las tareas por falta de comprensión del tema, entre otros asuntos.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), realizó en julio de 2021 una consulta nacional a 37 764 niños y adolescentes, fortaleciendo el análisis con datos de organismos internacionales que velan por los derechos de la infancia, como:
- UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) y
- UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia)
Las conclusiones a las que llega la CNDH es que mantener las aulas cerradas en su totalidad:
- Expone a los niños a mayor violencia doméstica.
- Afecta su salud integral (incluídas la mental y emocional).
- En los grados más básicos, limita la alimentación saludable que recibían en guarderías.
- Detiene la socialización y desarrollo físico óptimo al evitar el juego con sus iguales.
- Han incrementado el tiempo de exposición a pantallas.
- Facilita el consumo de contenido para adultos en internet, sin supervisión.
- Existe mayor acoso sexual a través de internet.
La CNDH advierte en el estudio que: de continuar con las escuelas cerradas, se ampliaría la brecha de desigualdad en materia educativa a causa de:
- Falta de acceso a herramientas digitales,
- Escaso apoyo de los padres para la educación a distancia,
- Limitado estímulo en las actividades escolares en casa.
- Poco contacto con el maestro.
- Las clases a distancia no son atractivas ni funcionales.
Y a todo esto ¿qué dicen los NIÑOS?
“Casi la mitad de las niñas y los niños (de los 37 764 participantes) señala que lo que les haría más feliz del regreso a clases en su escuela es, estar con sus amigas y amigos, seguido por el hecho de salir de su casa y que su maestra o maestro les dé clases en su salón”.
¿Qué es más importante? Discutir sobre por qué creemos que existen riesgos para un regreso a clases, o enfocarnos en ¿cómo priorizar el bienestar de los niños y mejorar la educación en esta Nueva Realidad? Quizá el centro de toda la discusión está desviado y no tiene nada que ver con el bienestar de los niños, y como señala la CNDH en sus conclusiones:
“Es necesario re-valorar la escuela en su función social y su aporte al desarrollo de niñas, niños y adolescentes, en este sentido, considerar como último recurso el cierre de dichos espacios debido a la privación de los estímulos necesarios para el desarrollo cognitivo y emocional de niñas y niños, tales como la socialización con amistades y autoridades y el despliegue de actividades lúdicas y recreativas”.
Soy Eduardo Álvarez, papá y periodista