Peludos o emplumados, gordos o demasiado delgados, con cuatro patas o sin una sola, las mascotas siempre nos darán un ala o una pata para que nuestros hijos aprendan y/o desarrollen mejor sus habilidades.
Son ejemplos perfectos para explicarle a nuestros hijos que todos somos diferentes, y que esas diferencias nos hacen especiales.
Ya sea que ladren o ronroneen, las mascotas ayudarán al desarrollo de diferentes aptitudes, cualidades y hasta valores que variarán en intensidad según la especie, como:
Resposabilidad: al ser los encargados de alimentarlos y/o pasearlos.
Respeto: hacia los animales, ya que aprenderán que no deben golpearlo o maltratarlos.
Lectura: Siempre y cuando los niños tengan uno a varios libros a la mano, les agradará leerle a sus mascotas, tal como lo hacen sus padres en la noche antes de dormir.
Activación física: Quizá este punto sólo aplique con los perros, ya que los gatos, patos, hámsters, peces, tortugas o aves son más adecuados para incitar a la observación.
Y uno de los más importantes:
Amistad: que desarrollarán fácilmente con este primer amigo que además, será su confidente y mejor compañero de juegos, sin importar el tamaño, porque si vive dentro de una pecera será una invitación para tener aventuras submarinas, o convertir sus brazos en alas, en caso de tener aves, bueno, hasta escurrirse dentro de una selva, cuando las mascotas son reptiles, y es que con la imaginación, todo se vale.
En muchos casos será su mejor amigo y compañero de aventuras para explorar partes de la casa que estaban prohibidas para él. Una “persona” que no lo juzgará y le mostrará que los mejores amigos de nuestra vida, pueden llegar en diferentes formas.