El pequeño niño intentó caminar hacia atrás, pero sólo alcanzó retroceder medio paso con su tenis gris rasgado en la punta, “es por la forma en que juega”, había dicho su padre en la entrevista, “se arrastra y la punta es de tela”.
Su hijo, amante de jugar pesca-pesca, sólo pudo dar marcha atrás hasta donde se lo permitió la pared del baño, impidiendo que saliera y se alejara de ese cuarto blanco que en el fondo enmarcaba un inodoro del mismo color, brillante y sólido.
Quizá, la pulcritud del baño de la casa estaba invadida con algunas manchas que escaparon a la exigente limpieza de mamá y eso le causó repulsión, “en mi casa, bueno, yo soy muy ideática y no puedo ver que algo esté sucio”, contestó la madre al entrevistador,“creo que si veo una cucaracha me muero”, remató.
Con la determinación que impulsa el mismo deseo de tomar leche fresca, el chico realizó un giro brusco sobre su mismo eje, para dejar de mirar el inodoro y abandonar del baño, pero en lugar de avanzar, sólo clavó el lado derecho de
su rostro en la pierna de papá, “no pasa nada, es sólo el baño”, le dijo su padre, tratando de calmarlo mientras bajaba la palanca del W.C.
En vano cubrió sus orejas con las manos para reducir el ruido que hace el inodoro cada vez que se descarga el agua y dispara la ansiedad que lo altera y le hace creer que puede ser tragado por el inodoro.
Para otros niños, la ansiedad puede ser desatada por otras razones, como la cercanía de muchas personas no conocidas en una fiesta, o bien, que en la misma casa, los padres se cambien de habitación y no estén a la vista, o quizá, cambiar
La ansiedad es muy útil para evitar situaciones que ponen en riesgo nuestra vida, como cuando decidimos alejarnos del perro que nos ladra y nos muestra los dientes. En síntesis, la ansiedad nos mantiene vivos.El problema es que cuando no existe un peligro real, “evitar situaciones” impide que el niño aprenda a enfrentar desafíos o participar en actividades adecuadas para su edad, y además, esta clase de comportamiento puede volverse un hábito que lo acompañe durante su vida adulta.
En la mayoría de los casos, la ansiedad, pasa desapercibida para los maestros, entrenadores deportivos, y hasta para los padres, porque se considera que un comportamiento así forma parte de una etapa o una situación común para todos, por tanto, cuando la ansiedad se presenta de manera repentina, se cataloga como hiperactividad o “mal comportamiento”.
Algunas señales que nos avisan si nuestro hijo tiene posibles problemas de ansiedad han sido agrupadas en tres bloques, y aunque no son determinantes, siempre es bueno tenerlas en cuenta:
Temor-Miedo |
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| Se te pega como calcomanía, llora o hace algún berrinche cuando intentas separarte de él, ejemplo: en una fiesta o, cuando te cambias de habitación. | Preocupación exagerada de accidentes irreales, como que le caiga encima un muro, o que cualquier perro lo pueda morder. | |
| Evita situaciones o lugares debido a temores. En el baño pueden creer que lo tragará el inodoro, la coladera, o creer que hay insectos en el área de la regadera. | Casi siempre le piden a sus padres que se recuesten o se duerman con ellos toda la noche, y se levantan varias veces porque tuvieron pesadillas. | |
| Puede tener miedo a los sonidos fuertes, como el de la aspiradora, camión de basura, juegos pirotécnicos, música alta, sin ningún antecedente que lo justifique. | Piden que papá o mamá, estén disponibles para socorrerlos en caso deque ocurra algo malo. | |
Social |
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| Se vuelve muy penoso y evita tener relación o contacto con otros niños y adultos, conocidos o no, puede ser en un evento social concurrido o con una visita en casa. | Rechazan realizar actividades o asistir a lugares que antes les agradaban. | Se preocupan de más y con mayor medida que el resto de sus compañeros, por hacer el ridículo o cometer errores. | |
Físico-Psiquico |
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| Se queja con frecuencia de dolores en la cabeza o el estómago, pero no hay síntomas reales. | Experimenta, repentinos y frecuentes ataques de pánico sin razón real. | |
| Se vuelven dependientes de la rutina, al grado de no aceptar cambios imprevistos. | Le molestan las prendas de vestir que lo hagan sentir rígido, o bien, las costuras de sus calcetines y la etiqueta de las playeras. | |
| No le gusta ensuciarse, por lo que evita juegos en donde termina lleno de tierra o lodo. Se lava las manos insistentemente, aunque estén limpias. | En ocasiones, puede no querer que sus alimentos toquen el plato y son muy renuentes a probar alimentos nuevos. | |
Ya sea que se presente como un comportamiento “de su edad” o se le catalogue como “niño malo”, los diagnósticos equivocados son muy dañinos porque, evitan el tratamiento adecuado y dejan, la puerta abierta al desarrollo paulatino de la:
1. depresión.
2. pérdida de relaciones u oportunidades laborales,
3. dependencia de medicamentos, y
4. decremento en la calidad de vida.
La mejor ayuda Papá y Mamá
El rol que juegan los padres es esencial, señalan los expertos, porque son ellos quienes mejor pueden ayudarlos en desarrollar las habilidades necesarias para enfrentar las situaciones que detonan la ansiedad.
Una estrategia efectivapara explicarle a los niños cómo enfrentarla, es con ejemplos de las situaciones que viviste tú mismo cuando tenías la misma edad que ellos, por ejemplo, un examen de matemáticas o el temor al profesor en determinada materia.
Sugieren también aquellas situaciones que ocurren con frecuencia ¡y en las que tú estás presente para verlas!, como cuando llega algún invitado a casa y tu hijo se retrae y se oculta detrás de ti. Puedes platicar con él acerca de la razón por la que aquella persona que visita la casa lo incomoda.
Es importante enseñarle a tu hijo, que los temores o preocupaciones que siente son normales y bastante útiles para algunas situaciones de nuestra vida, y como padre recordar que, la comunicación con los hijos es la mejor vía para resolver esta, y otras clases de trastornos que afectan el desarrollo sano en la infancia y la adolescencia.
Fuentes:
anxietybc.com
childmind.org
