Elegir una dona de chocolate, cuando hay tanta diversidad disponible, puede parecer muy cuadrado, pero para un niño de casi cuatro años (como mi hijo) sólo puede significar placer, así que eso nos llevamos a la mesa, mi capuchino lo llevarían después.

A él le gusta hablar, relacionarse, moverse con libertad, en los niños eso es común, no existe la pena, salvo en ciertas circunstancias de acuerdo a su desarrollo, pero por lo general tienen libertad de independencia y, si se les deja, iniciarían una plática con cualquier persona disponible, o no disponible. Para el momento en que me llevaron el capuchino, que siempre lo pido en desechable, mi hijo de casi tres años era amigo de una pareja de jubilados extranjeros que lo observaban mientras saludaba con gritos al chico que nos atendía del otro lado de la barra, y cómo no tomarlo en cuenta, si desde el momento en que pusimos un pie dentro de la cafetería comenzó a gritar con sus dos manos alrededor de la boca: “dona, dona de chocolate, ¿dónde estás?”.

La socialización es la capacidad que tenemos para relacionarnos con otros, dentro de un conjunto de normas y valores que regulan nuestro comportamiento, claro que no existen normas escritas, o bien, no a todos nos gustan las mismas normas. Afortunadamente a la pareja de jubilados extranjeros que lo observaban mientras pedía a gritos su dona, les pareció tan agradable que al momento de su salida, hicieron una pausa para despedirse de mi hijo (en español), por lo que interrumpimos la conversación que teníamos con la sra. Carmen.

Dentro de nuestra plática, Carmen con un late, yo con un capuchino deslactosado y mi hijo con la dona de chocolate por toda la cara, coincidimos en lo importante que es motivar en los niños el ser sociables y desarrollar su capacidad de relacionarse sin pena.     Y ya no se lo dije, pero si revisamos la vida de las personas exitosas, de las que han transformado el mundo como lo conocemos ahora, encontramos que empresarios como Ray Krock y Howard Schultzlograron lo que pocos gracias a su capacidad para relacionarse.

El primero llevó a McDonalds de dos restaurantes a una cadena internacional. Y el segundo, hizo lo mismo con Starbucks. Ninguno de los dos eran los dueños originales, ni participaron en el negocio en sus primeros años, pero llegaron a ellos por su capacidad como vendedores. No eran hombres de ciencia, ni tocaban algún instrumento, tampoco tenían el mejor promedio de la universidad, de hecho, Ray Krock sólo tenía la educación básica. ¿Qué los hizo tener un éxito tan rotundo?

Si Ray Krock y Howard Schultz tuvieron algo en común, fueron las ventas, y para lograr el éxito ahí es muy importante saber relacionarse, no basta un: “buenos días”, el ser sociable aquí cobra mucha importancia, más que tener mucho conocimiento acumulado en títulos escolares privados o públicos.

Ambos llegaron a ocupar puestos clave en las empresas para las que trabajaron, y por esos mismo puestos, que incluía visitar a los compradores, es que llegaron de visita-de-vendedor uno a McDonalds y el otro a Starbucks, para después, quedarse con las empresas.

     ¿Cómo convencieron a los dueños originales de aceptarlos como parte de la empresa?, hablando y socializando, ¿cómo los convencieron de venderles la empresa?, socializando y negociando, y ¿cómo les compraron el 100% de las acciones?, convenciendo a sus socios inversionistas, con quienes antes socializaron. Quizá, más que una “buena educación”, es mejor una buena socialización, perder el miedo desde chicos a decir: “hola, ¿cómo te llamas?”, y quizá debería ser  en la edad en la que se forma toda la estructura que guiará el resto del crecimiento, antes de los 4 o 5 años.

Al final de nuestra plática (porque ya se me había hecho algo tarde), estrechamos nuestras manos y sonreímos,  ella con los labios pintados de rojo, los de mi hijo color chocolate natural y los míos de café con leche.