¿Cuándo fue la última vez que tu hijo tuvo un “pequeño accidente”? De esos que todos los niños tienen en casa o en la escuela. La realidad, es que los accidentes se pueden evitar, o se pueden provocar.
De acuerdo con Nelly Silveira, directora de HAPPY NURSE, el servicio de enfermería especializado en Niños, hay cuatro accidentes comunes, y que pueden tener desde un riesgo moderado hasta consecuencias fatales, porque nadie puede adivinar ¿cuál será el siguiente accidente de nuestros hijos?
- Caída.
El nuestro estado, Yucatán, el uso de sandalias y chanclas propicia que hasta en casa, los niños se resbalen y golpeen en diferentes partes del cuerpo, puede ser desde la rodilla o mano, hasta alguna zona de la cara.
¿Cómo evitarlo?: utilizar calzado cerrado, como los tenis, puede disminuir la frecuencia de los resbalones y caídas.
¿Cómo ayudarlo? Debemos evaluar si hay sangrado o es hinchazón. Si es sangrado, vertir un poco de agua y presionar la zona de la herida. Si continúa sangrando, es necesario llevarlo al hospital porque requiere sutura.
Si utilizas ventoleras y la herida continúa manchando, por mínimo que sea, también debes recurrir al servicio médica.
2. Quemaduras.
Las quemaduras de primer grado son las que se producen cuando vamos a la playa y la piel queda con un poco de ardor, pero sin que se forme una ampolla. Lo mismo pueden provocar los juegos de metal de los parques o escuelas, porque en las horas de mayor calor, se convierten en planchas ardientes.
También, se puede tener una quemadura de esta clase por derrames accidentales del agua o aceite que se calienta en casa, o bebidas calientes como el café que consumen papás y docentes, o asimismo, con los alimentos calientes como sopas o empanadas y que los niños consumen inmediatamente después de salir del microondas.
¿Cómo evitarlo?: Enseñarles que si reciben un alimento recién salido del horno escolar, es necesario esperar un poco antes de morderlo y no correr o jugar cerca de los lugares en donde se calienta o colocan líquidos calientes.
¿Cómo ayudarlo? Si es en la boca, con un hielo o agua fría, incluso puede ser un bolis. En el caso de la piel, con agua fría, no de la llave porque puede salir caliente. En caso de que se forme una ampolla, nunca debe romperse.
3. Intoxicaciones.
Uno de los riesgos principales son los líquidos de limpieza que pueden estar al alcance de los niños. También los alimentos en estado de descomposición.
Las intoxicaciones alimentarias pueden ser muy rápidas, por lo que debemos actuar rápido, ya que en el transcurso de una hora puede producir diarrea, lo que deshidrataría al niño.
¿Cómo evitarlo?: Los líquidos de limpieza deben rotularse para que no los confundan con bebidas de sabor y almacenarlos fuera del alcance de los pequeños, nunca en el baño de la escuela o casa, por ejemplo.
No reutilizar envases de líquidos limpiadores para rellenarlos con gel antibacterial.
Asegurarse del buen estado de los alimentos que consumen. El tomate no pueden estar mucho tiempo fuera del refrigerador y la lechuga o repollo deben desinfectarse antes de preparar los alimentos.
¿Cómo ayudarlo? Primero, identificar qué ingirió. Llevarlo al hospital si presenta mareo, vómito, nauseas, espuma en la boca o babea más de lo normal.
Enseñarle que si está en la escuela y tiene necesidad de vomitar, debe retirarse el cubrebocas para llamar la atención de los maestros.
4. Atragantamiento
Alimentos duros, bocados grandes, o platicar, correr y reír mientras se mastica la comida son causa de atragantamiento. Los especialistas saben que, incluso, ver la TV o dispositivos electrónicos, provoca que los niños pequeños se olviden de masticar y tragar los alimentos y líquidos.
Los postres también son un factor importante en el atragantamiento, dulces como los sunchos o malvaviscos suelen quedarse pegados.
¿Cómo evitarlo? Verificar que el tamaño de las porciones sea adecuado de acuerdo con su edad, y enseñarle que nunca debe introducir en la boca, partes pequeñas de juguetes o útiles escolares como las gomas.
En el caso de los bebés, los expertos recomiendan que las carreolas miren hacia atrás, así será más fácil para los papás vigilar que no entren objetos pequeños a su boca.
¿Cómo ayudarlo? Provocar que el niño tosa para que el cuerpo expulse el objeto, o si es bebé, realizar la maniobra de gancho, donde metemos un dedo para sacar lo que trató de tragarse.
Si has tomado un curso de primeros auxilios, podrás realizar la maniobra de Heimlich, en donde se
presiona un área específica del abdomen para expulsar el objeto que obstruye las vías respiratorias.
Si quieres saber más sobre las técnicas de primeros auxilios, puedes acercarte a Happy Nurse, quen de manera regular realiza cursos para que padres de familia y personas que cuidan niños, tengan el conocimiento adecuado para auxiliar a los pequeños en aquellos accidentes que NADIE puede adivinar cuándo sucederán.
Soy Eduardo Martínez, papá y periodista
