De vez en cuando tenemos noticias de personas que han sido encarceladas por dedicarse al comercio de pornografía infantil o ser abusadores sexuales, con una lista bastante amplia de víctimas, y vaya que eso provoca que los padres respiremos muy tranquilos ya que lograron la captura de una persona que no quisiéramos cerca de nuestros hijos, que de hecho, está en algún país muy lejano, como Sudáfrica, Haití o Australia.

Pero ¿qué sucede cuando el peligro está más cerca? Por ejemplo, ¿en el centro deportivo? ¿La escuela?, o peor aún, ¿en casa?

Para Tomar en Cuenta

De acuerdo con datos brindados a Tiempo de Niños por Guardianes (organización dedicada a prevenir el maltrato y abuso infantil), los principales agresores sexuales se encuentran en el seno familiar con la siguiente escala:

La directora de Guardianes, Rosario Alfaro, nos comentó que no existen estudios oficiales sobre la cantidad de abusos que existen en México, pero sí nos sugiró algunos mecanismos para blindar la integridad de nuestros hijos y evitar ser una víctima de la agresión sexual:

1. Conocer las partes del cuerpo por su nombre. Sobrenombres como pajarito o mariposita se convierte en un arma para el abusador, ya que les ayuda a crear mentiras para protegerse y acusar al menor de mentiroso.
2. Enseñarles cuáles caricias son de ternura y cuáles son sexuales. Si los niños saben que las caricias sanas se pueden replicar en público, les ayudará a distinguir cuál es la intención de las personas.
3. Hablar de sexualidad y explicarles cómo nacen los niños. No es quitarles la inocencia, sino darles armas para protegerse.
4. Platicar con ellos todos los días, sobre lo que vivieron en el colegio y las actividades extra-escolares.

Pon atención a las señales no verbales

La directora, puntualizó que los padres pueden detectar señales que expresan situaciones relacionadas con actividades de acoso hacia su hijos, por ejemplo:

1. Están muy enojados, de un momento a otro, sin razón aparente. Suelen lastimar a sus mascotas y son agresivos con otros niños.
2. Tienen terrores nocturnos, con pesadillas de gente que los toca.
3. Quienes ya controlaban la pipí nocturna, mojan la cama de nuevo.
4. Realizan dibujos con mucha fuerza, remarcándolos. A las personas las hacen mitad negro y mitad blanco; también dibujan las partes íntimas de otras personas.
5. Aparecen tics que no existían.

A pesar de que México no tiene cifras oficiales sobre el abuso sexual a menores, y que no somos el número uno en este tema, la organización dedicada a prevenir el abuso sexual infantil: Alumbra, tiene cifras de las que destacan que en México:

de cada 10 delitos sexuales, 4 son a menores de 15 años.

Sabemos que unas líneas en papel no pueden detener a un agresor que tiene más instinto que compasión, pero queremos hacer otro frente por nuestros hijos y destacar un dato muy interesante que nos comentó la asociación Guardianes:

“Hay estudios que demuestran que los niños que reciben caricias paternas tienen menor riesgo de ser presa de los abusadores sexuales“.

¿Y tú, cómo cuidas a tus hijos?

Soy: Eduardo Martínez, periodista y papá