Aquí no podemos culpar a las pantallas, porque ellas sólo transmiten lo que se les pide o lo que esté programado, el problema es que muchos padres no tienen tiempo, o el interés para investigar un poquitín sobre el contenido de los programas, películas, series, canciones y hasta youtubers a los que se expondrán sus criaturas.

Además, hay una creencia generalizada en dar por sentado que si no llora, no grita o no se tira al piso convulsionando con espuma en la boca, entonces no se espanta ni se incomoda al ver que un tiranosaurio muerde y parte en dos a una persona, salpicando tanta sangre que se forma un charco bajo sus garras.

Aquí te damos algunas consecuencias de lo que pueden generar ciertas escenas que funcionan precisamente para captar y atrapar la atención de los pequeños, medianos y grandes, que pueden ser tediosas y aburridas para unos, pero muy impactantes y “educativas” para otros.

La Violencia es Atractiva

Una de las razones que nos arrastra al cine es la acción y la violencia con la que los héroes salvan el día, pero:

las investigaciones demuestran que para los NIÑOS la exposición CONSTANTE a la violencia refuerza la idea de que es una opción adecuada y justa para resolver problemas cuando: 1. es ejecutada en un entorno divertido y emocionante, 2. por un personaje atractivo, exitoso y 3. quien siempre termina sin consecuencias ni heridas.

Además, la mayoría de las proyecciones hacen a un lado la tolerancia racial, porque manejan a los villanos como pertenecientes a una raza extranjera.

El miedo, no es para todas las edades

A los 5 años y menos
Los monstruos, imágenes visuales aterradoras y transformaciones físicas (incluso cómicas), pueden asustar a los chicos, que saldrán corriendo tras las espaldas de los padres, porque para ellos, lo que ven, es tan cierto como los muebles que tiene en su casa, y como es algo abstracto (no se puede tocar) será muy difícil que te crean cuando les expliques que no hay ningún riesgo.

De los 5 a los 8 años
Como ya tienen más conciencia de la vida y la muerte, además de las escenas visuales aterradoras, pueden sentirse incómodos y asustados al ver la muerte de papá o mamá, un niño abandonado o separado de sus padres, desastres naturales y animales agredidos.

De los 8 a los 12 años
Ya son niños de primaria alta y comienzan su vida en secundaria, pero eso no significa que tengan nervios de acero frente a las escenas de amenazas y peligros en extremo realistas como los desmembramientos en donde la sangre salpica la pantalla, y también las historias en que los niños sean amenazados.

Ser sexy, desde chiquitos

Muchos padres todavía creen que la inocencia es algo que nunca se pierde, aunque los chicos y chicas vean escenas de programas, películas o escuchen canciones con referencias sexuales para edades más maduras.

Lo que de verdad ocurre, es que tras la exposición continua a esta clase de mensajes se normalizan los estereotipos sobre las mujeres como objeto sexual, o bien, fomenta que los niños adopten, por imitación, un comportamiento sexual muy temprano.

Y lo podemos observar en las cientos de fotografías que muchas niñas, vestidas y maquilladas para aparentar mayor edad, suben a sus redes sociales en posturas y situaciones que les generan, en ocasiones, problemas de acoso por parte de personas mayores.

¿Dónde aprendió esa palabra?

Un día tus hijos aprenden a decir ¡mamá! y al otro te sorprenden con palabras que, exactamente, no te hacen sentir muy orgullosa, y tú te preguntas, ¿dónde aprendió esa palabra?

Y es que cuando un niño pequeño grita, en el maternal o kínder, palabras agresivas u ofensivas, el pensamiento inmediato es que lo escucha en casa o que los padres le hablan así.

La respuesta está a un click de distancia, porque a partir de Paw Patrol y otras caricaturas producidas para niños de 4 años, comienzan a aparecer palabras como TONTO, que al ser dichas por los héroes de la historia y en contextos divertidos y amables, lo normalizan al grado de generar la repetición en niños que todavía no pueden comprender la diferencia entre realidad y ficción.

Claro que los diálogos para niños mayores van de idiota a imbécil hasta miércoles, repitiendo hasta 5 veces la misma palabra ofensiva en un rango de 3 minutos.

Cómo controlar las pantallas

Es imposible construir un muro alrededor de nuestros hijos, pero sí podemos ser ojos y oídos con los contenidos musicales y de video que consumen, y evaluarlos con la moral que existe en casa y preguntándonos a nosotros mismos ¿esto es bueno para mis hijos? ¿por qué?

Soy Eduardo Álvarez, papá y periodista