Ver a un niño pegado a su mamá como chicle, siempre a su lado, abrazado a sus piernas y sin alejarse lo más mínimo, son los patrones que nos impulsan a declarar que “tiene mamitis”, como si fuera algo malo y hasta enfermizo, pero resulta que puede ser TODO LO CONTRARIO 🙂
Platicamos con la psicopedagoga Gabriela Marenco, quien nos explicó que la mamitis “es la necesidad del niño de estar con el ser que le responde a sus necesidades, de estar con su mamá, pero también, puede ser por un apego inseguro que se puede dar cuando la mamá a veces sí está o a veces está muy ocupada o ausente, y no se ha respondido bien a las necesidades del niño.
El apego es el vínculo que generan los niños con sus padres o cuidadores y se desarrolla, créanlo o no, desde la gestación.
Cuando nace, inicia una etapa en la que los niños y sus padres, desarrollarán y fortalecerán este lazo.
¿Cómo se Desarrolla el Apego?
La experta en Psicopedagogía, señaló que la calidad de la relación entre los padres y el menor será clave para lograr un apego sano.
Si el bebé tiene hambre y al comunicarlo a su cuidador con el único medio que tiene que es el llanto, se le responde de manera inmediata, el bebé sabrá que su cuidador es confiable y que estará cerca de él.
En esta etapa, durante los primeros 3 años de vida del niño, depende de cómo el cuidador esté pendiente y responda a su necesidades.
La mamitis es el resultado de un Apego Inseguro, pero no quiere decir que no hay remedio, sólo es necesario priorizar ¿qué es importante en nuestra vida y cómo queremos que sea nuestra relación y desarrollo de nuestros hijos?
Gabriela destacó que los niños con un Apego Sano, serán chicos: exploradores, seguros de sí y autónomos, todo de acuerdo con su edad.
La experta, quien también es encargada del área de psicopedagogía en el Instituto Savia, resaltó que si bien “el apego se desarrolla hasta los 3 años, se puede moldear hasta después de los 6 años, con las figuras de resiliencia que nos ayudan a desarrollar otra clase de apego”, y aquí participan no sólo los familiares, sino también los maestros.
“La escuela tiene un papel muy importante en el apego, porque puede convertirse en los tutores de resiliencia, porque dan otras opciones de apego, y los maestros serán los tutores para aquellos niños que pudieron no tener un apego sano”.
“Una escuela que se enfoca en las emociones y el respeto, en donde me responden, me escuchan, buscan solucionar en lugar de amenazar, buscan saber por qué estoy molesto en lugar de castigarme, será un tutor de resiliencia y me ayudará a trabajar esta etapa de apego y a tener habilidades sociales más sanas”.
Tres Consejos para LOGRAR un Apego Sano
1. Trabajar en nuestros propios apegos y traumas, tiene qué ver en ¿cómo fuimos educados por nuestros padres?, por ejemplo, si nunca tuve un apapacho, será difícil brindale uno a mis hijos.
2. Siempre guardar la calma ante cualquier tipo de circunstancia y responder de manera inmediata, pero con calma.
3. Entender la etapa en que están nuestros hijos, para poder atenderlas de manera correcta. Muchos padres logran detectar si los llantos expresan cólicos, hambre o rabieta.
Soy Eduardo Álvarez, papá y periodista
