La cuenta regresiva ya inició, es la época de los buenos deseos, fraternidad, unión familiar, pero hay algo que los niños esperan con ansia: El Regalo, un objeto tan deseado que puede despertar muchos sentimientos y emociones positivas y que vale la pena enumerarlas y destacarlas.
Y lo mejor de todo, es que quien entrega el regalo, también recibe “vitaminas” para sus emociones.

Desenvolviendo las Emociones

Alegría: ¿Qué niño no sonríe al recibir de regalo el juguete que deseaba? Esa misma alegría se dispara por situaciones que los hacen sentir satisfechos, plenos y felices. Ahora pueden ver todo desde un ángulo más positivo y encontrar soluciones cuando tengan un mal día.

También, fortalece el sistema inmunológico y reduce el estrés.

Confianza: Saben que sus intereses son tomados en cuenta, fortalece los vínculos con sus padres y refuerza o mantiene una buena comunicación.

Además, puede ser una forma para reafirmar su autoestima, porque aprenden a tener confianza en sí mismos, lo que los
ayudará a expresar sus sentimientos y emociones.

Gratitud: los niños pueden aprender que ya sea de palabra, hecho o con un obsequio, la gratitud es una acto de “ida y
vuelta”, en la que cuando se realiza una acción que beneficia a otras personas, nos sentimos muy bien, y es que no hay
mejor forma de recibir que cuando se da.

Con la Gratitud se darán cuenta de lo mucho que reciben de su familia, comunidad y entorno, lo que impactará de manera
positiva su desarrollo personal y social adulto.

Y también salen sentimientos

Cariño: Uno de los ingredientes de todos los regalos que entregamos, donde nuestros hijos pueden aprender que lo material no es lo más importante, sino la intención de alagar a quien recibe.

Este es un sentimiento que fortalece su autoestima, seguridad y la personalidad que va construyendo en su infancia y adolescencia.

Tranquilidad: Cuando les damos el regalo de esta fecha tan especial, les comunicamos que todo está bien, no hay conflictos, es tiempo de paz y armonía, hasta se elimina el estrés. Un ambiente familiar que seguro recordarán en su vida adulta

¿Qué es lo más importante de un regalo?

Sin duda alguna, para nuestros hijos será el juguete tan anhelado, pero con un regalo les entregamos más de lo que ven a simple vista, y ni siquiera tienen que abrirlo para recibirlo.
Al darles el obsequio tan anhelado y que les despierta muchas ilusiones, les estamos expresando nuestro cariño y además, les comunicamos lo felices que somos por tenerlos en nuestra familia.

Claro, que el regalo no es nada si no jugamos con ellos, porque por muy “deseado” que sea o muy “de moda” que esté, el regalo nunca podrá sustituir a sus personas favoritas: su familia.

Soy Eduardo Álvartez, papá y periodista