Investigadores de Estados Unidos han detectado, a través de un largo estudio que involucra 5mil niños entre 3 y 4 años, que los pequeños asistentes de algún programa escolar formal y de alta calidad, además de lograr mejores habilidades de lenguaje, matemáticas y alfabetización, también desarrollan conexiones sociales y emocionales más fuertes frente a quienes no asisten, PERO
Aprender lo que no está escrito
Sabemos que cada día que nuestros hijos cruzan la puerta del colegio recibirán un nivel específico de educación, con una persona al frente del salón de clases que los guiará y transmitirá el conocimiento adecuado a su grado escolar, en otras palabras, van a aprender, pero hay otra clase de aprendizaje que no está escrito en los libros de texto y sin embargo, es tan útil y necesario que puede repercutir en su vida entera.
Y es que entre risas, juegos y confidencias, los niños, además de aprender conocimientos, desarrollan habilidades sociales y físicas, construyen su personalidad y desarrollan lazos con otros niños, que en muchos casos se convierten en sus amigos más importantes.
Quienes recuerden que los niños estuvieron separados de sus pares durante dos años debido a la pandemia del Covid-19, recordarán que al regresar a clases presenciales, muchos niños tuvieron problemas emocionales que todavía están causando tropiezos en su desarrollo social, personal y académico, por eso, te compartimos estas “materias extra” que los niños deberían aprender en al escuela, y de paso valorar si estas áreas también las cubre el colegio de tus hijos.
Socialización: además de aprender cómo relacionarse con otros, pueden comparar destrezas físicas, estatura y compartir gustos o ideas.
Juego: brincar, saltar, correr, etc., son formas de aprender, experimentar, hacer ejercicio y divertirse resolviendo problemas en equipo.
Comunicación: muchos problemas de lenguaje pueden resolverse cuando los niños hablan entre ellos, o participan en cantos y juegos motrices.
Curiosidad: la escuela es un buen lugar para explorar, ya sea que le pregunten al maestro, compañeros o que investigue por su cuenta.
Salud física: al jugar con otros niños se activan lo músculos y se retan a sí mismos a mejorar sus destrezas físicas, respetar turnos, reglas. Además, queman calorías.
Y esto es sólo una parte de lo que los niños aprenden al cruzar la puerta del salón de clases, ya sea para sentarse en las bancas o para salir al patio, porque la enseñanza, como lo hemos descrito, no está sólo en el pizarrón, sino en todas las relaciones, diálogos, y vivencias que se viven en la comunidad escolar, donde conocen a otros niños con otras ideas, costumbres y preguntas. De manera general, al interactuar con sus iguales o pares, se fomenta la: cooperación, autocontrol, confianza y empatía.
¿Y si no se lleva bien con la escuela?
Si bien en este artículo no abordamos la importancia de “¿cuál es el mejor sistema educativo para tus hijos?”, si te podemos decir que un mal rendimiento escolar no significa que los niños no puedan convertirse en un genio de la ciencia.
Y si no nos crees, te damos el ejemplo de un pequeño que a los nueve años era incapaz de hablar de manera fluida, por lo que algunos de sus maestros consideraban que tenía problemas de retraso mental, sin embargo, era muy bueno en materias como física y matemáticas.
A los 16 años, el mismo chico, fue expulsado de la escuela (tan estricta como un instituto militar) debido a que su mala conducta afectaba el comportamiento de sus compañeros.
En los estudios superiores, tenía problemas para respetar el orden de la clase y cumplir con las tareas asignadas. Incluso en los temas de su interés.
Sin embargo, Albert Einstein, desarrolló diversas teorías (además de la Relatividad), que lo han destacado como uno de los físicos más importantes de la historia.
Soy Eduardo Álvarez, papá y periodista