Son las 7:15 de la mañana y el sol ya se aparece por las rendijas que se abren entre el black-out y las cortinas, iluminando el piso en el que está sentado mi hijo de casi tres años tocando, con toda la fuerza que puede, sus tambores. No es una batería profesional para niños, pero el par de bongoes, un bote de pintura comex (vacío, claro), junto con un tambor chiapaneco y un xilófono, lo ayudan a crear armonías que quizá nadie entiende y poco se acerquen a los ritmos tribales, pero estoy seguro, que logrará despertar a todos los vecinos.

La música siempre ha acompañado al hombre, y aparentemente, ha sido cómplice de los éxitos de los genios en diferentes épocas. Leonardo Davinci, por mencionar a uno de los más grandes exponentes del arte y la ciencia, o Aristóteles, más de 100 años antes de nuestra era, con su academia de música y matemáticas.

¿Y en la Actualidad?

En la Era Moderna, hay dos nombres que todos deben conocer: Albert Einstein y Thomas Alva Edison, el primero físico y el segundo inventor, el primero tomó clases de violín desde los 6 años y el segundo de piano, y ambos tuvieron tres cosas en común: 1. no fueron estudiantes brillantes, pero 2. el instrumento musical los acompañó por el resto de su vida, y 3. han transformado el mundo.

Genios más receintes

La lista puede ser tan extensa como el tiempo para preguntar y hablar de ellos, pero hagamos un resumen:

Woody Allen, director, guionista y actor de cine, es intérprete de jazz, y toca el clarinete en un grupo que se ha presentado en los mejores festivales de ese estilo de música.

Clean Eastwood, actor y director de cine, interpreta tremendas piezas de blues y jazz en el piano.

Steven Spielberg, además de ser uno de los directores de cine de mayor vanguardia, toca el clarinete desde la preparatoria y en 1975, participó en la grabación del soundtrack de la película Tiburón.

Bill Clinton, el expresidente de Estados Unidos, quien aprendió a tocar el saxofón a los nueve años de edad, y en 2014, recibió un premio de manos del músico Herbie Hancock por su “defensa hacia el jazz” (recordemos que es abogado).

Stephen King, afamado escritor de misterio y terror, toca la guitarra en la banda de rock Bottom Remainders, compuesta exclusivamente por escritores.

Bill Gates, fundador de Microsoft, toca el trombon y creó la propia Orquesta Sinfónica de Microsoft.

Y la lista puede ser más larga, pero lo importante, más allá de tener datos curiosos acerca de los millonarios famosos, es lo que todos ellos tienen en común, detrás de su éxito y de sus productos comerciales: música en su propia vida.

     Quizá en algún momento desearon ser músicos famosos, pero no tuvieron el talento necesario, sin embargo, su poco talento musical los catapultó al éxito en otro esenario.

Mi esposa ya está despierta, con el cabello revuelto, parecido a un turbante desbaratado. Nos mira desde la puerta de la recámara de mi hijo, bostezando, y cuando él la ve deja de tocar y grita: ¡bravo! levantando sus baquetas al aire, entonces ella aplaude y le dice: ¡qué hermoso tocas!, inmediatamente él corre hacia ella, ella lo abraza y lo encamina hacia la cama de los papás, para así, lograr 15 minutos más de sueño 🙂