Desesperarnos porque nuestros hijos no están aprendiendo desde casa, ya sea con conexión, por medio de la televisión o con maestro presencial, no servirá de mucho para alentar sus capacidades cognitivas, que es la manera en la que el cerebro recibe, analiza y procesa la información. Es más, desesperarnos puede incluso, frenar el interés de los chicos por asistir a sus sesiones escolares.

De acuerdo con la doctora en educación, Mari Tere Fernández, del centro psicopedagógico Argoti, la capacidad de aprendizaje de los niños está ligada a su edad, el tiempo que duren sus clases y lo más importante, la relación que nosotros (los padres), tengamos con ellos.

La especialista nos compartió algunos tips que pueden servirnos bastante, si nuestro objetivo es que se terminen las discusiones con nuestros hijos y se animen a sentarse frente a la pantalla, o el maestro particular, o con nosotros si es que decidimos tomar el papel de profesor y guía.

Menores de 5 años:

Los tiempos de conexión para los que comienzan su andar por el mundo escolar y están en el kínder o jardín de niños, no deben superar los 45 minutos con uno o dos descansos que se pueden aprovechar para ir al baño o caminar por la casa.

En esta edad es necesaria la presencia y apoyo de los padres durante toda la conexión.

De los 6 a los 8 años:

En “primaria baja”, ya tienen mayor capacidad para comprender la importancia de participar y seguir las reglas de una clase online, pero no hay que hacerse ilusiones, los chicos no pueden solos, es necesario mantener nuestra presencia a su lado, y aunque en algunas ocasiones podremos alejarnos un poco,  eso no significa que podrán mantenerse como soldaditos toda la clase.

A partir de 9 años:

Los niños grandes que ya cursan la “primaria alta” pueden participar en las sesiones escolares sin el apoyo y presencia continua de sus padres, sólo es necesaria la asistencia, la vigilancia esporádica y recordar que se requieren descansos breves durante la clase.

Los Acuerdos nos llevarán al 10

La experta aclaró que cada niño tiene un proceso diferente de acuerdo con su edad, no será lo mismo si tiene 5 años 8 meses que si tiene 6 años 2 meses, además de las características personales y familiares.

Cada niño reaccionará diferente a la presión escolar, desde lo más común como abandonos frecuentes de la clase, hasta reacciones en la piel y llanto por no querer participar en la sesión.

La doctora Mari Tere resaltó que “es más importante nuestra relación emocional con nuestros hijos que el aprovechamiento escolar” y señaló que es totalmente normal que los niños se distraigan, abandonen la clase y jueguen frente a la cámara, la diferencia será la capacidad que tengamos, como padres, de hacer acuerdos y no utilizar las amenazar para alcanzar el 10.

Soy Eduardo Martínez, papá y periodista