Ya han pasado más de 130 días de Cuarentena, y los que más han permanecido en casa son los niños, los menores que aún no cuentan con los permisos que disfrutan los pre-adolescentes para borrarse del mundo real y postearse en las redes sociales y el mundo virtual.

Y es que a diferencia de los adultos, los niños no tienen pretextos o motivos para salir y convivir con otras personas, en una palabra, lo que los niños tienen son más “límites”, generados en una Cuarentena, que si bien los ha acercado con su núcleo familiar, abrió una brecha entre él y sus amigos, sus pares y sus compañeros.

Gladys Barrera Fajardo, maestra en psicología y especialista en niños, considera que “los pequeños han sido unos verdaderos guerreros, se han sabido adaptar muy bien a la situación, sin embargo, la parte de la socialización ha sido para ellos lo más difícil”.

“La socialización aporta muchísimo en la personalidad, autonomía, en la autoestima del niño, le recuerda cuál es su identidad en este mundo, quién es y cómo debe desarrollarse. La etapa más importante es de lo 3 años en adelante”.

“Después del cierre de ciclo escolar en junio, muchos niños se han dado cuenta que el siguiente curso será en una escuela nueva y tienen dudas sobre cómo será el primer día de clases, ¿cómo van a conocer a otros niños?, ¿a saludar a su maestra?, ¿a cerrar ciclos? y ¿cómo voy a jugar si esto que cubre mi boca y mi nariz me pica?”.

“La socialización es de las cosas más importantes del ser humano, necesitamos de la interacción de otras personas para crear sentido de pertenencia y apego, sobre todo, porque en la socialización adquirimos herramientas que son importantes para la vida como el compartir, manejar la frustración, trabajar en equipo”.

La Cuarentena no es Sana

“Actualmente ya hay muchos niños que que tienen repercusiones por la cuarentena, como los trastornos de ansiedad, depresión, muchas explosiones de emociones, problemas en el lenguaje, o psicomotor”.

“Los niños están expresando ansiedad, generada por lo que les transmiten sus padres; según como el adulto vea el mundo, el niño va a entender si el mundo es seguro o inseguro”.

“Pueden expresar esta ansiedad con miedo, al no querer salir a la calle cuando se tenga la oportunidad, no querer tocar a los familiares, como los abuelos, o no querer tocar nada por temor a enfermarse, y es en respuesta al comportamiento que tengan los padres frente a la enfermedad. Hay que entender que esta paranoia no nos va a ayudar”.

Juguemos para Socializar

La especialista señala que “el tiempo de juego es muy importante ahora, es una forma de sustituir la socialización con sus pares”.

Y recomienda a los papás: “dejarse llevar, jugar a lo que ellos quieren, debemos ser receptivos, estar abiertos a lo que ellos tienen que jugar, si su juego es un poco agresivo poner reglas, evitar estarle diciendo todo el tiempo NO”.

Los límites y barreras de la Cuarentena nos impulsan a ser creativos y crear nuevas formas de juego apoyados en la tecnología, así podríamos acercar a nuestros hijos con sus familiares y amigos, pero entendiendo que estas relaciones de pantalla no serán suficientes para ellos, porque como afirma la maestra en psicología: “ellos necesitan el contacto físico”.

Y ese contacto lo pueden tener en casa, comprendiendo que las adaptaciones que como padres hagamos en esta Nueva Realidad podrían reducir el trastorno en la socialización y desarrollo de nuestros hijos, pero nunca podrán igualar la relación que lograrían con sus amigos o iguales.

“En una situación normal, los niños compararían sus habilidades con las de sus pares, por ejemplo, la velocidad con la que corren o escalan otros niños frente a su capacidad para hacer lo mismo, o el compartir también juguetes, o el interactuar y hablar, porque no es lo mismo que un niño hable con su papá que con otro niño”.

Soy Eduardo Martínez, papá y periodista