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Los Chicos Quieren Guerra

child-332985_960_720.jpgA pesar de tener una piel tersa, su rostro estaba tan fruncido que sus ojos parecían dos líneas que me recordaban a los gatos trepando bardas en las casas vecinas para buscar basura.  Era odio y deseo de matar lo que salía de esa boca histérica con dientes afilados. Y tras dar un poderoso gruñido –¡GRRRUUUUUU!– corrió hacia a su rival sin dejar de gritar: ¡te voy a mataaaar!

Arrugó la frente como si quisiera juntar ambas cejas y levantó las fosas nasales para respirar mejor, porque la pelea comenzaría en cualquier momento y necesitaba todo el oxígeno que fuera necesario, además, así, se tensan mejor los músculos y se manda la sangre hasta la punta de los cabellos. Sería una pelea cuerpo a cuerpo, sólo con ayuda de su espada. Acomodó bien sus pies sobre el piso, flexionó la rodilla derecha hacia adelante y levantó su arma, lentamente, desde su costado derecho hasta quedar en diagonal frente a su cara.

Casi toda su vida había empuñado esa espada que cortaba el aire, circular como un tubo de cartón, de esos que sirven como postes para mantener parados los rollos de tela en los comercios, era duro, sin filo, de hecho, sí era de cartón, con una empuñadura decorada con crayones negro, rojo y blanco, imitando la espada de Darth Vader, sólo que hoy le pertenecía al Pirata Coco.

No había ninguna explicación, ¿por qué me quería matar?, ¿por qué creía que me debía matar? y ¿por qué creía que matarme sería divertido? Además, hace dos minutos estábamos jugando a los títeres.

¿Violentos por naturaleza?

berber-monkeys-2778814_960_720.jpgEn Uganda, país africano, se realizó un estudio durante 14 años en la comunidad de chimpancés Kanyawara, del parque Nacional Kibale, donde se ha observado que los chimpancés utilizan palos para situaciones específicas, entre las más comunes están el juego (solitario o en conjunto) y también la agresión (contra iguales u otras especies).

Así como los niños se relacionan con sus juguetes (o los adolescentes y adultos con los celulares) y desarrollan un lazo afectivo de grado tal,  que no lo sueltan ni para dormir, se ha observado que los chimpancés suelen cargar los palos o pequeños troncos, desde un minuto a más de cuatro horas, tiempo durante el cual pueden escalar, dormir, correr, caminar y hasta descansar sin soltar su “juguete”.

Los investigadores encontraron que el juego con palos y troncos pequeños cumple, en la comunidad de chimpancés, un importante componente de aprendizaje social. Durante la investigación, observaron a una pareja de chimpancés “niños” de 8 años de edad, jugando a que la hembra cargaba un palo como si fuera su cría, mientras que el macho, cargaba un pequeño tronco durante horas, ¡y hasta le construyó un nido!

Si bien, estos animales tan cercanos a los seres humanos, sugieren con su comportamiento que tenemos roles ya preestablecidos, pese a que muchos análisis sociológicos refuercen la tesis que asegura que: “los niños y las niñas heredan el comportamiento que se les impone en casa” y claro, victimizando entre otros juguetes, a la muñeca Barbie, por limitar los alcances de la imaginación infantil.

pexels-photo-1076813.jpegEl estudio en la comunidad de chimpancés demuestra que: el macho disfruta el juego en donde hay acción, movimiento, la agresión en la defensa, y las hembras prefieren la maternidad, el cuidar y consentir. En el caso de ellos son palos de madera, en el caso de los humanos, juguetes de plástico.

Como padre es fácil recordar un día común, en el que mientras los niños juegan a pelear y que son más rudos en sus relaciones, las niñas se pueden pasmar frente a una hoja en blanco que poco a poco llenarán de colores bien combinados, tranquilamente, sentadas en una silla, sin importar cuanto ruido hagan sus amiguitos alrededor.

Claro que eso no debería justificar que los varones tengan el impulso compulsivo de entrenarse para matar en cada juego, y las opiniones están divididas. Lo lógico, creo yo, es que nunca se debe jugar a matar…

Algunos psicólogos, consideran que no se debe jugar con recursos materiales bélicos, porque no contribuyen a que los niños lleguen a un destino educativo deseable. Marisa Moya, psicóloga española dice: “¿jugar con espadas o pistolas lo hará más tolerante y solidario, comprensivo, empático, feliz? Nos confunde el hecho de que los niños tienen una agresividad necesaria, que ayuda a sobrevivir. En los niños, esta energía está a flor de piel, porque el cerebro todavía no ha madurado sus frenos. El adulto debe ayudar al niño a desarrollarlos, de lo contrario, están dotando de naturalidad el uso de herramientas violentas”.

Y podría ser lógico pensar que si juego a ganar, y además con armas, la solidaridad quedará en el limbo, sin embargo, como lo relatan en la página canadianfamily.ca, un grupo de tres niños pequeños, menores a seis años, hijos de un matrimonio antibélico, antiviolencia, antimaltrato animal y 100% citadinos, le dieron la sorpresa de su vida a sus padres, cuando uno de ellos tomó en el supermercado una bolsa de soldaditos de plástico, los mismos de hace más de 40 años, con base plana, estáticos, mal terminados, pero soldados, al fin.

plastic-2741611__340.jpgY la sorpresa fue todavía mayor, cuando los tres pequeños abrieron la bolsa y desarrollaron un juego estratégico, cooperativo y sujetándose a las jerarquías de una historia que se desarrollaba con el correr de la batalla, y en donde la sala de la casa se convirtió en un campo de guerra con explosiones imaginarias.

Un encuentro lleno de bombas y ametralladoras que duró dos horas y media. ¿Cómo es posible que algo que se procura alejar de ellos, resulta tan atractivo?, pero más que eso, tan positivo, porque si bien la intensión de un juego de guerra es matar al contrario, la manera en que trabajaron mantuvo en orden, paz y armonía la tranquilidad de la casa.

En Educame.com, la pedagoga y terapeuta Gestalt infantil, Cristina García, considera que “los niños deben tener libertad para jugar a lo que quieran, porque jugar les ayuda a conocer el mundo y a liberar tensiones. Si un niño varón quiere jugar con muñecas, que juegue, y si quiere jugar con espadas, que juegue. Y asegura que no existe ningún estudio que demuestre que si un niño juega con pistolas será violento“.

La pedagoga Cristina considera que con las pistolas, los pequeños desfogan, matan los miedos, las tensiones, las exigencias de un mundo en el que viven y que es un mundo de adultos. Muy parecido a la tesis del libro Matando Monstruos (de Gerard Jones), en donde el guionista y creador de súperheroes para cómics, comenta cómo muchos adolescentes se identifican y desahogan en las escenas violentas, enfrentando, a través del héroe, un entorno agresivo del que al final, salen vencedores.

photo-1513704519535-f5c81aa78d0d.jpegOtro punto de vista es el de Florencia Malvido, profesora en la Madrid Montessori School, quien sabe que los niños pasan por etapas, y que en algún momento convertirán los bloques de lego en armas, como respuesta a una necesidad interna, pero “darle armas de juguete motivados por películas como Star Wars, y encima mostrarles las escenas de pelea, es algo que se debe evitar, porque los niños no saben interpretar lo que ven, y los padres son incapaces de explicarlo bien“.

Las opiniones son variadas, pero coinciden en que a los niños varones les atrae el juego violento, y que los padres debemos ayudarlos a entender cuál es el límite, más que ampliarlo.

toy-1551380__340.jpgFinalmente, como dice Antonio Malagón, representante de la pedagogía Waldorf: “es bueno jugar de muchas maneras a la pelota, pero todos sabemos que una pelota también puede provocar violencia cuando el juego se convierte en una competición sin control en la que el único objetivo es ganar. Se trata de fomentar juegos cooperativos para generar buenas relaciones y, por encima de todo, pasarlo bien“.

Un punto importante que no se debe dejar a un lado, es que estas opniones son sobre el juego participativo o el cómic, NUNCA el VIDEOJUEGO, en donde el niño es sólo un sujeto pasivo de una historia que le propone alguien desconocido y con un nivel de violencia muy alto.

fuentes:

https://elpais.com/elpais/2016/05/31/actualidad/1464690843_266316.html

https://canadianfamily.ca/activities/war-peace/

https://www.huffingtonpost.es/2015/03/25/barbie-superheroina_n_6938306.html

https://cultura.nexos.com.mx/?p=10384

 

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