El Verano y la contingencia podrían ser un tiempo de mucho estrés en casa o de ocio, pero impulsar a nuestros hijos a diferentes actividades los puede fortalecer, como es el emprendimiento de sus propias actividades que les generen recursos y los mantengan ocupados.
Ricki es un ejemplo de esto: “Mi mamá me dijo que quería que hiciera algo , tengo 12 años, técnicamente ya soy de 2o de secundaria y mis papás me dijeron que podría hacer un negocio por gusto, como una actividad, como es la venta de pollos y el proyecto comenzó hace 2 semanas y comencé a vender hace 1 semana y logré 130 pollos, y la meta es que la siguiente semana sean 200 y luego 300″.
Ricardo Campos Suárez, nos relató a Tiempo de Niños, con autorización de sus padres, que ya ha recibido encargos a través de las redes sociales y su responsabilidad es venderlos, no criarlos o cuidarlos, sino comercializarlos.
“Mi papá trabaja en una agropecuaria, que comercializa productos y a él le llegan los pollitos y mi trabajo es venderlos; yo soy de mucha confianza, tengo mucha confianza al hablar, sin temor, ya sea telefónicamente, pido la dirección y así hice mis ventas en la primer semana”.
Los compradores son granjas, pero también niños o padres de familia que han encontrado en la iniciativa de Ricki, la oportunidad de darle a sus hijos el contacto con un pequeño animal, mostrarle los cuidados, la responsabilidad en este Nuevo Verano, en el que los niños siguen en casa y que los pollitos pueden ser una opción novedosa para iniciar un nuevo proyecto.
Para Ricki el proyecto de venta significa una actividad remunerada en estas vacaciones, lo mantienen activo, socializa en la venta, siente la responsabilidad y goza los logros; y los pollitos que vende para otros niños, también desencadenan el beneficio de tener un aire en en la nueva normalidad que ha derivado de la contingencia.
“Me he sentido bien con la actividad, cansado y me he dormido, pero no es la primera vez que trabajo, ya cuando tenía 10 años yo compraba 10 cajas de huevos y me iba a una privada de 96 casas y vendía muy bien, mis papás me ayudan al inicio, como ahora con los pollos, que de las ventas se divide entre lo que yo gano y lo que recupera mi mamá en la compra de pollos; me ha parecido buena idea“, dijo.
Los pollitos que comercializa desde 10 pesos lo mantienen activo y es una muestra de lo que los niños pueden hacer en Verano, sintiéndose activos.
Soy Verónica Martínez, periodista, madre y emprendedora