imagen con fines didácticos

Una de las caricaturas que tiene más seguidores, fanáticos y una muy extensa línea comercial de juguetes y ropa que bien pueden ocupar varios cajones y repisas en las habitaciones infantiles: Ninjago.

Con una narrativa que enganchan a los niños y también a los mayores, maneja algunos mensajes positivos como la paciencia, además del trabajo en equipo y la perseverancia, que siempre forman parte de la estrategia final para acabar con los problemas en una monumental pelea al estilo “spinjitzu”  en donde claro, hay heridos y eliminados, pero sin sangre porque son legos.

Dentro de todo este mar de acción emerge el reconocimiento a que la mujer está tan (o más) capacitada para realizar labores que se tenían consideradas sólo para los hombres, un buen golpe no del arte ninja, sino de los derechos humanos.

Otro detalle positivo es que fomenta el respeto a la sabiduría de las personas mayores que están representadas por el guía y maestro de los jóvenes ninja.

Por otra parte, los enemigos del equipo de Ninjas, como los hombres serpiente, fantasmas, esqueletos y monstruos pueden provocar incomodidad o miedo en los niños más pequeños, generalmente menores de 6 años.

Es importante saber que los fanáticos de la serie pueden volverse usuarios o consumidores “adictos” a sus líneas de Lego, por lo que como papás es importante ser pacientes como un “sensei ninja” y valorar el costo beneficio de comprar cada nueva colección.

Soy Eduardo Martínez, papá y periodista