Aunque en los más recientes estudios que se han realizado sobre la amistad, no se ha logrado fijar una fecha de inicio para comenzar a construir una relación de amigos en cualquiera de sus niveles (casuales, cercanos, íntimos, casi hermanos, uña y mugre, ect.), se sabe que entre las características que ayudan a construir la amistad están las horas que pasamos juntos y los intereses comunes.
También se ha demostrado que cuando en las relaciones se fortalecen los sentimientos y hay vivencias emocionales, las amistades suelen ser más duraderas, incluso en tiempos de angustia.
Debe ser por eso que tenemos tanta complicidad y tanto apego con nuestra madre, tanto, que algunas veces es nuestra confidente, pero también nuestra conciencia, que suele ser adivina y lectora de nuestras emociones, y como seguramente lo acaba de demostrar en estos meses tan complicados, nuestra mejor couch, animadora, pero sobre todo, nuestra mejor amiga.
Por cierto, en otro estudio (también científico) se determina que mientras más tiempo pasa el recién nacido en contacto con su madre, más se estrecha la relación entre ambos, y eso ¡vale la pena festejarlo!