De bombero, chef, mago, princesa, zombi, monstruo, bruja, calavera, hasta de mamá y papá, a la mayoría de los niños les encanta disfrazarse porque pueden ser lo que quieran ser y lo disfrutan, incluso hasta van a la calle con sus propios disfraces inventados.
Gladys Barrera, psicóloga infantil y organismos internacionales, confirman que entre los principales beneficios de hacerlo es que desarrollan la creatividad y la imaginación, pero si a tu pequeño no le agrada no lo obligues.
Son momentos de mucha libertad porque no se sienten juzgados y para los niños resulta divertido, además, no hay exigencias y les ayuda a ir adaptando su personalidad.
Esta actividad tiene tantos beneficios que no debemos limitarnos a una o dos veces al año. Te sugerimos que para liberar el lado creativo de tus hijos, los armes de un baúl, caja o cesto especial donde puedan guardar diferentes prendas, cartones, que les permitan crear sus propios personajes.
Y que portes un sombrero o tela al momento de leer el cuento, porque los traslada a la fantasía promoviendo la lectura y los acercas a la actuación.
Disfrazarse, es convertirse en otro, asumir una nueva personalidad, con otras actitudes y hasta con una voz diferente. Y cuando se ven en el espejo o en una fotografía, comprueban que por unos instantes lograron ser otra persona.
Los 5 Beneficios de convertirse en “Otro”:
Motiva la imaginación y la empatía
Seguridad en sí mismos, son capaces de hablar más fuerte y moverse con mayor soltura.
Autonomía y autoestima logran vestirse solos y les genera confianza en sí mismos.
Acercamiento a las artes. Los convierte en actores que interpretan diferentes roles imitando comportamientos, o bien, creando diálogos y hasta modificando su voz.
Impulsa su creatividad, no necesariamente debes comprar el disfraz, pueden hacer su propia versión con ropa que ya no usan y dar los toques finales con maquillaje.
Te recomendamos salir al mundo exterior y aprovechen la oportunidad de mostrar su “otra” identidad, eso le dará diversidad a la monotonía del encierro que vivimos desde hace meses.
Soy Verónica Martínez, periodista, mamá y emprendedora