COMO PADRES NO PODEMOS EVITARLO, QUEREMOS DARLE LO MEJOR A NUESTROS HIJOS, DESDE ALIMENTO, JUGUETES Y ROPA, HASTA LA EDUCACIÓN QUE NOS PROMETA UN FUTURO BRILLANTE, Y A VECES, ES IMPOSIBLE DARSE CUENTA DE SI LO QUE ADQUIRIMOS PARA NUESTROS HIJOS CUMPLE CON LOS OBJETIVOS QUE BUSCAMOS.
La realidad es esta, muchos productos (incluida la educación) tienen una muy buena estrategia de venta, o muy buena fama, o muy buenos promotores (nuestro amigos y familiares) y nosotros, por la poca capacidad de análisis o el poco tiempo que dedicamos a investigar, aceptamos que lo mejor para el futuro y desarrollo de nuestros hijos es lo que (aparentemente) le funcionó a los hijo de otras parejas.
Y todo el gasto y esfuerzo personal que hacemos, y que le hacemos realizar a nuestros niños desde pequeños, se justifica por lo siguiente:QUEREMOS CREAR UN GENIO.
Y si no es así, ¿porque muchos los llevamos a clases de natación desde antes de tener su primer año de vida?, o ¿le damos de beber la leche que contiene nutrientes para su cerebro?, o ¿pagamos cantidades exageradas para que asista a determinados colegios?
Quiza, porque deseamos que nos superen, que tengan más habilidades que nosotros, y así, puedan enfrentar mejor este mundo que cada vez, tiene más complicaciones.Nuestro objetivo: CREAR UN GENIO, se justifica cuando revisamos la historia y vemos que a los genios les ha ido bien, tanto que sus nombres son recordados hasta nuestros días, pero cómo es que esas personas que un día fueron un bebé gordo y llorón, que aprendieron a gatear con la misma dificultad que otros niños, ¿cómo desarrollaron ese GENIO que los ha hecho dejar una huella en el mundo?
Quizá la respuesta es menos complicada que pagar tres mil pesos mensuales en un jardín de niños.
