El próximo año voy a…

Tener METAS de Año Nuevo puede ser una manera excelente para alentar la disciplina y responsabilidad en nuestros hijos, y enseñarles a proyectar y planear cómo alcanzar lo que quieren.

Como adultos, sabemos que un gran porcentaje de personas olvidan sus “12 Propòsitos” desde el Primer Día del Año, por eso es importante tomar en cuenta que si vamos a enseñarle a nuestros hijos los benéficos de tener objetivos, no debemos abandonar los nuestros.

¿Cuál es el objetivo?

Como padres podemos involucrarnos en su planeación de deseos, ayudándolos a definir metas que sean ambiciosas, pero alcanzables y palpables, por ejemplo, aprender a leer, montar bicicleta sin las ruedas de apoyo o mejorar su nivel en alguna disciplina artística, lo más importante es que sea algo que a ellos les interese y emocione.

Una pregunta guía para orientarlos sobre su lista de propósitos es: ¿Qué quiero mejorar este año?

Montar en bicicleta solito

Decirle adiós al Año Viejo con una lista de objetivos y deseos es un buen paso para hablarles de la planeación, pero si queremos hacerlo mejor, lo que recomiendan los expertos es ayudarlos a:

• Fijarse metas Reales y Alcanzables, no significa que sean simples o sencillas, pero sí que puedan cumplirlas.
• Relacionarlas con sus gustos o necesidades, por ejemplo, perder el miedo a la oscuridad o aprender a nadar.
• Trazar una estrategia que incluya fecha de inicio, metas intermedias y la fecha en la que se debe alcanzar el objetivo deseado. Tener metas de Año Nuevo, no significa que se pueden alcanzar hasta el 31 de diciembre.

La meta debe ser corta

Mantener a nuestros hijos interesados en sus metas puede ser difícil, sobre todo cuando están creciendo y cada 6, 3 o 2 meses pierden el interés que los tenía tan obsesionados, para lograrlo, los expertos sugieren:

• Hacer gráficos de avance en donde se pueda ver y destacar su desarrollo. Esta técnica puede servir, incluso, para que los papás también alcancen sus metas,

Tips para crear metas claras, sencillas y reales:

1. Ser específico: Definir qué hará, cuándo empezará, dónde lo realizará, cantidad de tiempo o veces que lo realizará, cómo o con quién lo apoyará y cuál es el objetivo.
2. Medible: así sabrán el avance que tiene y cuánto falta para alcanzar la meta.
3. Tener objetivos intermedios que marquen el avance puede ser estimulante.
4. Alcanzable: No significa que sea fácil, puede ser ambicioso, como aprender a tocar un instrumento o nadar, incluso participar en alguna competencia deportiva.
5. Ilusión, para motivar a los niños a lograr la meta. Les podemos preguntar cómo se sienten con el progreso que han logrado.

Soy Eduardo Alvarez, papá y periodista