Mito 1. Los Niños de Hoy son Más Inteligentes que los de Antes.
De acuerdo con los estudios del “Efecto Flynn”, que demostró un incremento en la inteligencia de 3 puntos por década, a partir de los años 50 (Revolución Industrial): Los Niños de hoy No Son Más Inteligentes, lo que existe, son sistemas educativos más adaptados a los exámenes de IQ (medición de la inteligencia), además de estructuras sociales y familiares que ayudan en el incremento de conocimientos y herramientas para enfrentar esta clase de pruebas.
El “Efecto Flynn”, que lleva el nombre de investigador-político neozelandés James R. Flynn, determinó que a partir de la Revolución Industrial (años 50), en diversas naciones se incrementó el resultado del test cada 10 años, PERO a partir de las décadas 70, 80 o 90, los resultados se han detenido, e incluso, disminuido.
Dentro de los cambios que ayudan a que los niños sean más inteligentes, Los Cuales No se Relacionan con el Nacer en esta Década, tenemos:
A) Familias más pequeñas. Entre menos niños y más adultos en casa, existe un vocabulario “más extenso y corregido”.
B) Educación formal. De 1910 a 1990 los sistemas educativos se basaban en repetir y memorizar, ahora se trabaja más a nivel de comprensión.
c) Existen nuevas profesiones Cognitivamente Exigentes. Cada vez es menor el trabajo físico y mayor el intelectual, lo que se relaciona perfecto con pruebas de IQ, que se basan en el nivel de conocimiento, no de vivencias.
Mito 2. Los niños de Hoy Nacen con un Chip en la Cabeza.
Esta frase significa que los niños de esta generación, vienen con una facilidad innata para comprender cómo operar y trabajar con una computadora, lo cual es FALSO. En realidad, las computadoras actuales están pensadas en ser tan fáciles de manejar que hasta un niño podría operarlas de forma eficiente.
En 1968, el informático Alan Kay desarrolló el prototipo del DynaBook, la que pudo ser la primera tableta infantil. Posteriormente, Steve Jobs, con la meta de crear una computadora fácil de manejar por cualquier persona (al igual que Kay) realizó pruebas de uso con niños.
Además, actualmente, existen muchas marcas de videojuegos, y una marcada tendencia de sentar a los niños frente a las computadoras o pantallas.
Mito 3. La Inocencia de un Niño Nunca se Perderá
En realidad, la inocencia depende de cómo se alimente, o estructure, su cerebro.
Ya el Dr. Alfonso Bernal, en su libro: “Errores en la Crianza de los Niños”, advierte sobre el riesgo de exponer a los pequeños frente a experiencias que no son adecuadas para ellos, entre lo que se puede mencionar: canciones, programas de TV o películas con contenido violento, sexual o de lenguaje vulgar. Sin olvidar gran parte del contenido que hay en todo internet.
Y en un estudio reciente, realizado en el Centro de desarrollo Infantil de la Universidad de Harvard, se comprobó que las experiencias en la edad temprana afectan el desarrollo de lo que se conoce como “arquitectura cerebral”.
Esta “arquitectura” provee las bases para todo el aprendizaje, comportamiento social y la salud física y mental adecuada en el futuro. Un desarrollo problemático de esta estructura, en donde los niños y bebés se enfrenten constantemente a niveles de estrés tóxico, y mala o nula respuesta por parte de sus cuidadores y familiares, traerá una “arquitectura débil y con problemas“.
Al final, la inocencia dependerá de la calidad de información y cuidado que reciban en casa (padres y familia) o de parte de sus cuidadores (maestros, etc.), porque tal cual un video que puedes grabar con tu celular, al reproducirlo sólo podrás ver lo que filmaste durante años, y esto puedes ser inocente o perverso.
Mito 4. No Lee porque su Generación Aprende con Videos
Una investigación de la Facultad de Negocios y Economía de la Universidad de Melbourne, en Australia, encontró que la frecuencia con que los padres leen a sus hijos pequeños, impacta positivamente en el desarrollo de su habilidades lectoras, de lenguaje, aritméticas y otras más de educación, sin importar el entorno o antecedentes familiares, por cierto, recomiendan mínimo, leerles de 3 a 5 veces por semana.
Y en tu casa ¿cuáles son los MITOS más comunes? 🙂
