Como papás vivimos diariamente la educación a distancia, la educación en línea, pero ¿qué ocurre del otro lado? ¿cómo le hacen para que los niños aprendan a leer, escibir, sumar, restar?
Lizeth Canto Hernández y Edna Hernández, directoras del Centro Escolar Emeritense nos relataron que a través del juego y literalmente “parándose de cabeza” en cada clase, es como estructuran gran parte de la dinámica diaria, sobre todo con los alumnos de preescolar y primaria, así como con el soporte de plataformas de comunicación, organización, capacitacíón y anteponiendo el bienestar, así como las emociones de las niñas y niños.
“Sí, las maestras se han tenido que parar de cabeza, nos renovamos, hicimos muchos cambios, siempre siendo prioridad el bienestar y emociones de los niños, se adquirireron plataformas, nos capacitamos y tenemos grupos pequeños para que las clases sean 100 por ciento digitales y en forma de juego , para que con el apoyo de los padres aprendan a leer y escribir”, relataron.
Para los padres de familia de prescolar y primaria, una de las principales preocupaciones es cómo aprenderán a leer y escribir sus pequeños.
Las directoras nos compartieron una de las estrategias que es llenar la casa de palabras y que los niños visualicen las letras que forman el nombre de cada cosa, por ejemplo silla, mesa o sillón, pegadas en cada uno de los muebles.
“De esta forma los niños aprenden jugando, porque primero visualizan, lo escuchan y luego son ejercicios de colorear, de pinzas, plastilina, de boleado, para que sus manos sean flexibles, es un proceso antes de llegar a escribir y leer como lo hacemos los adultos”, relató la directora y maestra Edna Hernández.
Relataron que cada clase se prepara con anticipación para tener en cada hora de clase, tiempo para escucharlos, para cantar, bailar, jugar y aprender.
Y mantienen comunicación con los padres de familia para llevar una rutina en casa, como si fueran a la escuela presencial, de esta forma los niños aseguran prepararse, vestirse, desayunar, estudiar, tener descansos, así como tareas.
Hacen actividades lúdicas como un parque de diversiones en casa, y otras actividades, pero definitivamente lo que más extrañan los niños es regresar a sus escuelas, jugar con sus compañeros, ver a sus maestros y aunque hacen rallys por zoom o concursos de ajedrez, los chicos anhelan verse.
El trabajo de los docentes en la preparación de las clases, en estar frente a la pantalla cada día y escuchar las inquietudes de sus alumnos, es parte del nuevo trabajo del otro lado: “es un aula invertida, el apoyo indispensable de los padres y apoyo emocional para todos”.
Redacción/Tiempo de Niños
