Las clases presenciales de Lunes a Viernes retornaon luego de casi 2 años de pandemia en Yucatán, y para la mayoría de las niñas y niños ha sido una experiencia de felicidad, de gusto, de anhelo cumplido, pero ¿Cómo encontraron los maestros a sus alumnos? ¿Dónde están los retos?
Fue el 17 de Marzo del 2020 cuando las clases presenciales en Yucatán se suspendieron por la declaratoria de pandemia.
Y aunque paulatinamente se fueron reactivando las clases presenciales en Septiembre del 2021 con el modelo híbrido y hubo nuevamente una pausa en Enero del 2022, por la variante Omicron, fue en Marzo pasado que los pequeños se reencontraron con sus compañeros o con niños de su edad, luego de un largo periodo.
El reencuentro de maestros y alumnos ha sido excepcional, lleno de emoción y alegría, pero ¿cómo han regresado los pequeños en materia educativa y socioemcional?
Tiempo de Niños realizó un sondeo entre doscentes coiniciden en dos características: timidez para interactuar con sus pares y falta de motricidad.
A nuestros niños les ha faltado compartir y convivir con otros niños de su edad, así como correr, saltar, trepar, brincar, debido al encierro de la pandemia.
Elba Melgoza Gallardo, psicóloga infantil, ha recalcado que muchas familias confundieron el distanciamiento social con el aislamiento, lo que ha traído consecuencia en los pequeños y en algunos casos el regreso ha ocasionado ansiedad.
Sin llantos
La maestra Rosalía Rendón Rodríguez, directora académica del Instituto Savia, nos diemnsionó que el regreso a las clases presenciales de todos los días es como el inicio de un ciclo escolar, con la diferencia que no hay llantos en las despedidas.
La mayoría de los niños entra a la escuela con alegría, no extrañan a mamá y ponen de su empeño para terminar las tareas y poder jugar.
“No hay tanto llanto al entrar, no hay negación, hay más iniciativa y aceptan más las propuestas de trabajo, incluso están ávidos de preguntar, de aprender, de hacer trabajo en comunidad, hay quienes han expresado que hacerlo solos era fastidioso y prefieren en equipo.
“La comunicación es más fácil, pero entre ellos hay cierta timidez; cada alumno debe pasar un tiempo adaptativo y sentirse con la libertad de acercarse poco a poco a sus pares, sin que intervengan los cuidadores”.
La falta de asistencia a los parques, donde los niños por iniciativa propia hacían amigios, se integraban a los juegos y desarrollaban las habilidades motrices y sociales, se perdieron en este tiempo de pandemia, por lo que para muchos ha llevado tiempo volver a sentir la confianza con sus pares para integrarse, sin la necesidad de un adulto.
Entumidos
Otro aspecto que han detectado los maestros es que los pequeños han perdido destreza motriz, y es que en la escuela no sólo se da el aprendizaje de las letras o números, sino también la habilidad social y la motriz, que se logra al correr, brincar, bailar, trepar, alcanzar.
“Perdieron destreza motriz, se les ve acartonados, les resulta difícil reconocer su propio cuerpo, es notorio que existe rezago; sí buscan jugar y tienen la movilidad, pero creo que ha sido más difícil recuperarse de la motricidad gruesa y fina que de la emocional”.
En la destreza motriz, los niños reconocen su cuerpo, no por el nombre de las partes del cuerpo, sino por el dominio de él, de la flexibilidad y resistencia: “se ven tiesos y necesitan actividades que los desentuman, y también se ve en la motricidad fina, sus trazos son gordos, grandes no hay delimitación”.
TIPS
1.- acudir a la escuela presencial
2.- jugar y convivir con otros niños de su edad
3.- tener actividades al aire libre
4.- Ir al parque o espacios donde puedan correr, saltar, bailar
Y desde casa ¿cómo podemos apoyar nuestros niños?
Anticipándoles de lo que habrá en la escuela, lo que se espera de ellos y que se trata de un lugar seguro que los papás o cuidadores decidieron para su bienestar.
“Para evitar la ansiedad, es muy importante que se anticipe a los niños de lo que va a pasar, lo que sucederá, lo que verá en la escuela y lo que se espera de él o ella, todo eso irá ayudando a la adaptación, porque muchas veces no se les dice lo que se espera de ellos y se sienten a la deriva o que se deshacen de ellos.
“Y después de clases es importante un tiempo con ellos para saber si la experiencia fue placentera o no”.
Y sobre todo dejarles claro que van a la escuela por la convivencia y aprendizaje, no porque se deshacen de ellos.
La escuela es su espacio, el lugar para hacer amigos, para crear, para experimentar, para expresarse, es de ellos.
Ayudemos a nuestros niños a que se desentuman, que sacudan el cuerpo y recuperen ese movimiento que también estimula al cerebro, porque como lo dicen los expertos, el cerebro en movimiento es como mejor se desarrolla y ellos están en edad de hacerlo.
Soy Verónica Martínez, periodista y madre