Levantar la tapa de una caja, para cualquier niño, representa una aventura, porque en el interior pueden encontrar cualquier cosa que desate una historia, preguntas, juego, y si lo que encuentran son decenas de piezas coloridas, revueltas y amontonadas con formas diversas, la invitación a sumergir las manos entre ellas y revolverlas es grande. Y ese nuevo tesoro, poco a poco se convierte en una serie de pistas, que de manera intuitiva o con la guía de un adulto se acomodan de manera selectiva, hasta formar una imagen.

Los rompecabezas (y algunos vaya que sí cumplen su nombre), son uno de esos juguetes sorprendentes, que algunos especialistas consideran como una herramienta educativa que reta y enseña a las mentes jóvenes habilidades importantes para la vida.

FAVORECE, EJERCITA Y PROMUEVE

1. Favorecen la intuición, porque para armar la figura, necesitamos encontrar patrones de secuencias visuales que ayudan a predecir lo que debe seguir, una multi-versión del clásico: a, b, c ¿qué sigue?= d, o bien: 2, 4, 6 ¿qué sigue?= 8.

2. Ejercitan la memoria y alientan el pensamiento abstracto, porque los niños aprenden a formar el rompecabezas en la mente con las pieza que han tomado anteriormente.

3. Promueve la socialización, a través del juego cooperativo (en equipo), ya sea entre la familia o con otros niños, con tomas de decisión de consenso grupal como: ¿cuál es la pieza correcta?,y si al final no resultó la adecuada, apoyarse mutuamente hasta encontrarla.

CONTROL DE EMOCIONES Y HABILIDADES

Cada vez que se colocan y retiran piezas, a los adultos nos parece muy sencillo, pero en el mundo de los niños es todo un proceso que involucra:

A) las habilidades motoras finas, B) coordinación mano-ojo y C) Desarrollo de tolerancia a la frustración. 

Si un adulto, en su trabajo, se niega a repetir un reporte que hizo mal, ya te podrás imaginar a una persona que por la edad sí tiene la justificación de ser inmadura,y que insistentemente tratará de meter la pieza equivocada, en el espacio que, evidentemente, no es el correcto.

DESARROLLO COGNITIVO

Una característica que poco se percibe en los rompecabezas, es la amplia variedad de formatos, materiales y temas que manejan, lo mismo impactan en las áreas visuales y táctiles, como en el incremento de conocimiento sobre el entorno.

PARA EVITAR LA FRUSTRACIÓN

En nuestros días, existe un rompecabezas para cada edad, con retos de acuerdo a su nivel de conocimiento y habilidades, lo que les permitirá ser capaces de “completar una tarea” con resultados visibles, comprobables y satisfactorios.

Si no encuentras un rompecabezas adecuado para tu hijo, te sugerimos lo siguiente: Hazlo Tú Mismo:

Toma una hoja de un papel grueso, tipo cartulina, realiza en él un dibujo, coloréalo y después: recórtalo en un número de piezas adecuadas para tu hijo:

• 25 si tiene entre 2 y 3 años.
• 50 si tiene entre 4 y 5 años.
• 90 si tiene entre 6 y 7 años.
• 150 si tiene entre 8 y 10 años.
• 200 si tiene entre 11 y 12 años.

De esta manera, entre más pequeños son, más grandes serán los fragmentos para armar. Y si no sabes dibujar, no te limites, puedes tomar la caja de su cereal favorito y recortar al personaje que viene en el frente.

¿VALE LA PENA LA “INVERSIÓN?

Considera que la vida misma es un rompecabezas que vamos armando con cada paso, y a veces nos golpeamos de frente con la sorpresa de que hemos escogido las piezas equivocadas, pero afortunadamente, en la mayoría de los casos, podemos solucionarlo, tal como lo haríamos con un rompecabezas de mesa, ya sea de cartón, madera o hule esponja.