Si por un lado hay quien dice: “les expliqué como a niños y no me entendieron”, por otro lado tenemos a los que dicen: “les trato de explicar, pero como son niños, no me entienden”. La realidad es que, en muchas ocasiones el problema no es quién escucha, sino quién explica.

Lograr que nuestros hijos nos entiendan cuando les explicamos algún tema (y no me refiero a los menores de 4 años) requiere de que nosotros, como padres, mejoremos nuestras habilidades comunicativas, o bien, que nuestros hijos se conviertan en adivinos.

Muchas personas suelen explicarle a su hijos 1. exagerando sus expresiones faciales 2. hablando más lento y 3. elevando su tono de voz, como si nuestros hijos tuvieran problemas auditivos.

Si queremos que nos escuchen y ademas, que nos entiendan, es importante tomar en consideración que: el vocabulario de los niños no es tan amplio como el nuestro y su capacidad de atención es extremadamente corta.

¿Cómo explicar mejor sin caer en la Desesperación?

De acuerdo con la Directora del Centro Casa Viva, Rebeca Terán, un par de técnicas muy útiles para apoyarnos son: los cuentos, ya sea de un tema relacionado o que lo aborde de lleno.

La segunda técnica es a través de juegos, por ejemplo: utilizar un muñeco para explicarles cómo debe tratarse a un enfermo en casa.

Los expertos en comunicación siempre recomendaremos la retroalimentación, es decir, preguntarle a nuestros hijos cuál es la parte más importante o lo que más llamó su atención y ¿por qué? Esto variará de acuerdo con el tema.

Si les explicamos y ellos entienden, les será más fácil actuar de la manera correcta en determinadas situaciones, y comprender la importancia o el impacto de lo que nos sucede, desde una enfermedad, la muerte de un ser querido, o el ¿por qué nos mudamos de ciudad?