imágenes para fines didácticos
La evolución que ha tenido el show, de las primeras a las últimas temporadas, lo han llevado a convertirse de una serie originalmente dirigida a preescolares (3 a 5 años), a ser la favorita de los mayores de 6, y algunos adultos.
Las historias dulces y tiernas de las primeras temporadas en donde los conflictos principales giraban alrededor de los rasgos de carácter de cada poni, como la impulsividad o el egoísmo (que logra la identificación con las niñas), pasaron a un mundo más tenebroso y violento, en donde las seis protagonistas de My Little Pony deben pelear (con riesgo de morir) para defender el mundo mágico en que viven, y demostrar al final que el “poder de la amistad” es superior a todos los problemas.
Si algo se les puede reconocer a las coloridas y bien peinadas ponis es que en cada capítulo manejan temas que son útiles para los preescolares en sus relaciones interpersonales, como lo valiosa que es la amistad, lo importante del trabajo en equipo y lo bueno que traer ser honestos, que si bien es bastante positivo, no pretenden llevar a los niños un paso adelante para investigar o ser curiosos con el mundo, o cuidar el medio ambiente, como lo hacen en Jorge el Curioso, El Gato en el Sombrero o los Story Bots.
De lo dulce a lo violento
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En su búsqueda por encajar en el gusto de niños mayores y así lograr un mercado más amplio, la violencia de las primeras temporadas, adecuada para niños de 5 y 4 años, se fortaleció con recursos gráficos y sonoros que ensombrecen el cosmético colorido y armonía en el reino de Equestria, logrando un nivel de agresión más apto para los de 6 años y mayores.
Eso sí, lo más importante para la serie de caricaturas es la estrategia de mercadotecnia, porque cuentan con todo un arsenal de productos (juguetes, libretas, ropa, mochilas, etc.) que pretenden llevar el “mundo mágico de la amistad” a la toda vida de las peques, y el dinero de los padres al “Reino de Hasbro”, la empresa de juguetes productora de la serie.
