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Uno dice que sí, el otro que no

Un niño pequeño observa los rostros de sus padres, está confundido porque él, quisiera seguir apilando cubos de madera sin compartirlos con una niña que acaba de llegar y le ha tomado algunos (sin permiso), pero sus padres ya le han dicho diferentes versiones de lo que debería hacer: “compartir”, “apilar los que le quedan”, “jugar con la niña”.

El niño mira cómo dos cubos que tiene cerca de sus pies son tomados, de prisa, por la misma niña que apareció corriendo sobre el pasto, con su cabello lacio que apenas le cubría la nuca, más alta y veloz que él. Aparentemente un año mayor y decidida a jugar con los cubos, sin importar que otro los tuviera.

Los padres del niño, muy mayores y muy maduros, aparentemente 30 años más grandes que la suma de la edad de ambos niños, apenas podían comunicarse entre ellos sin criticar o invalidar la opinión del otro: “comparte los cubos”, “toma los cubos”, “¿por qué le dijiste eso?”, más un largo etcétera. Uno esperaría que al tener sus años como pareja, el estilo de crianza sería el mismo, o que al menos tendrían códigos de comunicación, pero, ¡oh decepción! lo único que hacen igual y de manera contundente es: confundir y volver inseguro al pequeño de tres años, quien los miraba solicitando ayuda y guía.
Recordé que muchos especialistas opinan que si a los niños se les brindan diversas opiniones o líneas de comportamiento, sólo se confundirán y mezclarán todas las órdenes, y en lugar de hacer lo que los padres les indican, harán algo totalmente diferente.
Dicen los expertos que es lógico que muchos padres tengan estilos diferentes para criar a los niños, de hecho, cuando los padres se conocieron, uno de los atractivos principales era la diferencia de personalidad, o como se suele decir: “los polos opuestos se atraen”. Sin embargo, parece que en el caso de la crianza: “los polos opuestos, ya no se atraen”.
Señalan, también, que estas situaciones, además de confundir a los niños, hacen que los pequeños le pierdan el respeto a la autoridad y les enseña a tomar siempre la vía fácil cuando son mayores, son esas ocasiones en las que cuando la mamá dice que no, inmediatamente van con el papá en busca de la aprobación, y con el tiempo, el niño aprende cómo poner a competir a los padres.
Kathy Walker, directora de Early Life Foundations, señala que los niños necesitan estar seguros de que las cosas siempre serán de la misma forma, que las reglas y límites serán siempre los mismos, sin importar con qué papá se encuentren.

Si los padres utilizan una amplia variedad de estilos, estrategias o son inconsistentes, los niños no podrán entender cuáles son las reglas fundamentales, los límites o sentirse seguros, y por consiguiente, tendrán momentos de ansiedad, en los que tratarán de rebelarse ante los límites y mostrarán otros comportamientos desafiantes, mientras descubren el nivel de tolerancia de cada padre.


Lo que a mí me preocupaba es que mientras la niña tomaba los cubos que le quedaban a mi hijo, mi esposa y yo continuábamos sin ponernos de acuerdo, porque mientras ella me decía que mis decisiones no eran correctas, yo trataba de recordar que uno de los puntos más importantes en la crianza infantil, es evitar las discusiones frente a los niños. Los expertos dicen que esta actitud destruye la relación con el padre criticado.
Por el contrario, se sabe que es mucho más fácil manejar y controlar el comportamiento de los niños, cuando en las parejas se apoyan el uno al otro, y es una muy buena manera, además, de enseñarles que, aunque no estén de acuerdo con la opinión de su pareja, pueden respetarla y apoyarla.
La terapista infantil Natasha Daniels (autora de libros y creadora de la página anxioustoddlers.com), asegura que cuando los padres critican las reglas que su cónyuge impone a sus hijos, los niños aprenden tres cosas:

1. no tomar en serio al padre criticado,

2. que el NO, no siempre significa NO, y

3. desarrollan grandes habilidades de manipulación.


Por eso, es importante que los padres aprendan a captar las diferencias en sus estilos de crianza, quizá uno sea más relajado y el otro más estricto, pero se deben detectar los aciertos para así, crear un estilo único para beneficio del niño. Al final, ese es uno de nuestros objetivos como padres.

 

Sólo para tenerlo en cuenta:


– Eviten contradecirse frente a los niños.

– Apoyen la decisión de su cónyuge, aun si no están de acuerdo con ella.

– No les digan a sus hijos que su mamá o papá está equivocado.

– Sean consistentes en las reglas y disciplina.

– Decidan cuáles son las reglas más importantes para cualquier situación (no más de 3).


Fuentes
https://www.earlylife.com.au/content/kathy-walker

http://raisingchildren.net.au/articles/backing_each_other_up.html

https://psychcentral.com/lib/why-you-shouldnt-undermine-your-partners-parenting/

https://www.anxioustoddlers.com/parents-undermine/

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